Tu cuerpo lleno de rocio, destila gotas sugerentes; llenas de miel, y de in-vacio... de amor y pasion latente... Tu boca hundida en la sensualidad de mis formas en tu piel. La curvatura enegrecida, del pelo en mi espalda al caer... Tus ojos posados en mi, con la mirada fugaz, perdida en un viaje sin fin... en la mordida voraz. Tus manos me dominan, y yo me dejo dominar... ¿podria ser de otra forma vida?, ¿podria de otra forma amar?. Tu voz se queda tatuada en mi alma, la inmoralidad de tus palabras que me hace vibrar sin calma, como dulces y armonicas tonadas... Tu... y luego tu... y despúes... Tu.

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Despúes del calor primaveresco... preludiando un soponcio de verano sofocante y humedo.